sábado, 30 de julio de 2011

El hombre promedio

Siempre que sale el resultado de un estudio, o una encuesta, sale esta frase que intenta englobar a un cierto grupo de hombres sin especificar en un rango de edad un poco dudoso. Suele estimarse que son hombres entre los 25 y los 35 años, con uno o dos hijos, con un sueldo que no supera los  25.000 anuales. Si está bien, son el promedio de los hombres, es decir, que una mayor parte de los mismos en este rango de edades poseen estas cualidades, o al menos de eso nos quieren convencer. Quién es el hombre promedio? Yo conozco algunos dentro del rango y características de los promedio, pero que de promedio no tienen nada.

Casado con hijos si, y hasta ahí cumple con la regla del Hombre Promedio, pero este personaje supera ampliamente la expectativa de las encuestas. Opiniologo con todas las letras, el tipo puede hablar absolutamente de todos los temas, Fútbol, Política, Economía, Espectáculos, Tecnología, etc, absolutamente todos los temas están dentro del rango de su capacidad de opinión. Monologuista espontáneo, el señor es capaz de retenerte como un secuestrador por más de una hora exponiéndote sus teorías, pruebas, errores y experiencias sin que se lo preguntes. Ni intentes interrumpirlo! Apasionado, el tipo no es capaz de retener su lengua al momento de escuchar palabras claves que desatan temas urticantes de los cuales tiene y necesita exponer su opinión y punto de vista. Siempre mal identificado como el Sábelo Todo, se gana el odio de los más jóvenes cada vez que escucha alguna queja por las horas que trabaja, o por los pedidos de su padre. Siempre un hijo ejemplar, la edad que tiene no cuadra con la cantidad de experiencia que este personaje alude tener. Tan convencido está de lo que dice, que es capaz de apostarte cifras importantes y poner su apellido en juego, con tal de convencerte de que es como el dice. Especialista en Todo, nunca lo vas a agarrar despistado y siempre va a quedar bien parado.

Otro de los hombres "promedio", con esposa e hijos, es el que a pesar de cumplir con todo lo establecido por el patrón normal del desarrollo de un hombre (si se puede llegar a decir normal), estar en la edad y tener las características promedio, más de una vez hace como que no los tiene, o mejor dicho se olvida que los tiene. No juzguen mal, el en realidad no es una mala persona, lo que pasa es que por períodos de una suerte de lagunas mentales, en donde cree que tiene 10 o 15 años menos,  toma decisiones como si no tuviera una sola experiencia en la vida. Organiza campeonatos de Play, va a jugar al futbol a pesar de que su médico le recomendó no hacerlo por el bien de sus meniscos y su exceso de peso, sale a comer con amigos a restó o lugares de comida rápida sin tener para nada en cuenta el control de su colesterol alto (como le dijo el médico), y si en algún momento de la noche su esposa osa llamarlo o mandarle un mensaje para saber si viene o si está bien,  responde seco y cortante y en modo de queja, como si ella fuera una especie de réplica de su mamá que no lo deja vivir en paz. A diferencia total de nuestro anterior representante del promedio habitual, este personaje no lleva la línea de una conversación, no posee un discurso armado ni tiene ganas de escucharte ni que lo escuches por más de 10 minutos, es más, puede bollar en un mismo tema repitiendo durante horas la misma frase que dijo último para retomar el tema en donde lo había dejado como para que sientas que te está dando bola y lleva la línea del tema. Fanático de las películas de acción  y de los asados de fin de semana, nuestro personaje requiere de una dosis semanal de alguna de ellas del tipo Trasnformers y de alguna juntada entre amigos para jugar a la Play y obviamente comer.
Otra de las personas que se puede decir que entran en el habitual promedio, son jóvenes de entre 21 y 26 años, que se casaron chicos y ya viven una vida familiar plena. Son felices, eso no se niega, pero más de una vez presentan un desliz que los lleva a querer actuar como si estuvieran en plena libertad como hace dos años atrás, y se chocan con la realidad de que ahora son padres de familia y el jefe de la casa. No te lo van a decir nunca, pero los rasgos en su cara de no haber dormido porque el/la bebe aun no duerme cuando se debe, te lo dicen TODO. Siendo simpático normalmente, en estas situaciones hasta le cuesta esbozar una sonrisa, y se vuelve poco tolerante. Su capacidad de diferenciar una habitual broma de una charla seria se ve adormecida y distorsionada y por lo general no se da cuenta de que hiere susceptibilidades. Dejó de afeitarse, dejó de vestirse bien, y su vida se limita a cumplir con la rutina. Como nenes con juguete nuevo, siguen sin tener la capacidad de resistirse ante novedades tecnológicas consolas de video, computadoras, celulares; obviamente ahora con la dificultad de tener que además comprarle y explicarle el uso de los mismos a sus simpáticas pero poco hábiles esposas. Sin contar que tiene que ser todo a prubea de caidas y de babas en cantidad. Adelantados, es una forma un poco más feliz de representar a estos chicos promedio.

Otro tipo de hombre, que está dentro de este rango que hombres promedio, son los que disimulan, disimulan estar y ser normales, pero si mirás un poco más adentro, no son lo que demuestran. Generalmente callados, amigables y cordiales, hombres totalmente correctos de lo cual no hay duda, estas personas sonríen sin problemas ante cualquier circunstancia. Lo que te sorprende de ellos ciertos arranques de expresión poco habituales, chistes que no suenan a chiste, y que te hacen sentir totalmente incómodo, bromas pesadas, en las que querés pegarles o insultarlos, pero los ves y no podés, porque no lo suelen hacer. Es como que tienen un permiso especial para hacer ese tipo de jugarretas cada tanto, de las que no podés reaccionar ni decir absolutamente nada, porque el resto del tiempo son normales, sensatos y correctos y te hacen sentir que el que no tiene los patitos en fila sos vos. Además, su poca habilidad expresiva te hace dudar, no sabes si es un chiste, es una broma, un comentario o acción al pasar, o algo trágico. Resultado, quedás como un tarado que más que ser un vivo bárbaro, terminas catalogado por él como un tipo lento y de pocas luces.

Después existen los contarios a los anteriores, sobre todo entendamos que estos son por ahí personas mayores del promedio en edad. Decía, uno de los que siguen, son esos que sienten que están mal ubicados en la vida, pero que en realidad son desubicados. Son de esos padres que sus hijos adolescentes/jóvenes corren para que nadie se de cuenta de su parecido físico y los relacionen de familia. Se creen que pueden igualar a los Midachi en un escenario y sin un guión previo, son los que suelen darse cuenta de cada detalle del resto de los comensales en una mesa y reírse de ellos como si a todo el mundo le cayera bien. Porque si, creen que le caen bien a todo el mundo, "si yo un viejo simpático, no como la mayoría de los viejos de tus compañeros". No es que no sean graciosos de vez en cuando, pero es como que la edad les terminó de fundir el regulador de cordura, y no tienen sentido de la ubicación. Son de los que hacen chistes en funerales, y se ríen si les contás que te rompiste una pierna o se murió tu mascota. Lo peor, si no te reís te pegan, literalmente te pegan, y si te quejás sos un maricón o que cuantas cosas peores. La edad les pesa, pero nunca se van a hacer cargo, nunca los vas a ver usar lentes para leer, ni ropa acorde a su edad, ni nada parecido. Promedio, nunca.

Después están los hombres de tipo Ermitaños, poco sensibles, poco sociales, desinteresados totales, ellos pueden tener su vida formada, pero dando un vistazo audaz por encima de sus vidas, te da a pensar cómo hizo para conquistar a su esposa sin hablarle. De rostro fijo, no esboza una sonrisa ni por casualidad, nunca se va a reír viendo una comedia, ni llorar siquiera en el nacimiento de su nieto. No baila, no juega, no se ríe, pero tampoco llora. No festeja absolutamente nada, ni los chistes, ni los logros, ni siquiera si Argentina sale campeón del mundo. Es como si alguien se hubiera llevado a algún lado su capacidad de sentir, o le quemaron el fusible, no sé. Su esposa e hijos siempre son 100% amables y simpáticos. Atentos a todos los detalles, y sobre todo, lograron desarrollar una capacidad especial para reconocer los sonidos guturales con los que se comunica su progenitor y esposo. No puedo decir que son felices o infelices, nadie lo sabe, ni siquiera una encuesta.

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